La Comunidad Peruana celebró el Inti Raymi con una colorida Ceremonia
Con una colorida y emotiva celebración, la comunidad Peruana rindió homenaje al Dios Sol. Los representantes peruanos en Pinamar aprovecharon la ocasión paradescubrir la piedra fundamental de la futura Plaza República del Perú que será desarrollada en el espacio de Avenida Central y Frías, Ostende.
El Intendente Pedro Elizalde, miembros del gabinete municipal, concejales y vecinos de todo el Partido de Pinamar, se hicieron presentes para acompañar la ceremonia.
Cada 24 de junio, día en que el sol se encuentra en su punto más distante de la tierra y que además coincide con el solsticio de invierno, se celebra el Inti Raymi o “Fiesta del Sol”.
Durante la época de los Incas, el Inti Raymi era el más importante de los cuatro festivales celebrados en el Cusco. Indicaba el inicio del año, así como el origen mítico del Inca. Tenía una duración de nueve días durante los cuales se realizaban bailes y sacrificios. El último Inti Raymi que contó con la presencia del emperador Inca se realizó en 1535.
En la noche de la víspera se apagaban todos los fuegos en el Tahuantinsuyo. En la gran plaza Huacaypata (hoy Plaza de Armas del Cusco) se concentraban todos los personajes del imperio.
Entre las sombras, la multitud esperaba con gran respeto la aparición del dios Inti (sol). Generales, príncipes y toda la nobleza aguardaban en profundo silencio, muchos de ellos disfrazados de fieras y de otros animales de la mitología andina.
Al aparecer el sol expresaban su reconocimiento y lo adoraban como sumo, solo y universal dios, que con su luz y su virtud creaba y sustentaba todas las cosas de la tierra. Asimismo, le agradecían por las cosechas recibidas en el año.
El Inca, con la ayuda de los sacerdotes, “inducía” al dios Inti (sol) a volver con el favor de sus rayos para fecundar la tierra y procurar el bienestar de los hijos del gran imperio del Tahuantinsuyo. El fuego sagrado era renovado con un brazalete cóncavo de oro que se ponía contra la luz solar, cuyos reflejos se proyectaban sobre un trozo de algodón muy carmenado que se incendiaba en breve espacio. La lumbre sagrada era llevada al Coricancha, donde sería conservada por las acllas.
Durante la ceremonia también se realizaba el sacrificio de una llama para vaticinar el año venidero. Proseguía luego una gran marcha militar y al final todos se retiraban y festejaban durante varios días.
La fiesta ha sido declarada de Interés Municipal debido a la importancia del aporte que esta Cultura ancestral tiene en nuestro Municipio.
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