Mucho se lee en los medios nacionales sobre la designación por Decreto del presidente Macri, designando a dos jueces en la Corte Suprema.
Algunos por política, otros porque podrán sacar tajada de esto, atacaron la decisión; unos pocos inteligentes que se habrían dado cuenta de como venía la situación, la apoyaron .
Lo cierto que la Corte estaba acéfala con tan solo tres miembros -por diferentes motivos- cuando en lo legal son cinco que la componen.
Lo que hizo Macri fue por Decreto de urgencia -porque en realidad es una urgencia- nombrar los dos jueces que faltaban ya que una Corte Suprema acéfala se presta a varias situaciones que podrían ser graves para el país entero.
Expresan que llegado el momento se daría cabida a conjueces que tendrían que dictaminar casi sin leer ni estar al tanto de lo que sucede y fallar. Luego como vinieron se irían; algo dudoso, crítico y blando como un flan que se prestaría a quien sabe que, en el teje maneje de tantos juicios que existen hoy día.
Macri se adelantó a todo esto que podría suceder y nombró a los dos jueces faltantes, que nadie
pone en duda su carrera profesional y el currículum de cada uno; sólo los falto de información cuestionan la forma en que Macri lo hizo.
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