Administrar no es sólo distribuir bien los recursos económicos. Es- sobre todo- apostar al trabajo en equipo y explotar al máximo las cualidades de sus participantes. En muchos casos las cuestiones a resolver no se solucionan sólo con dinero. Las respuestas aparecen con creatividad y la suma de voluntades.
Sergio y Marcelo trabajan en la Dirección de Cultura. Entre llovizna y llovizna, y con el frío que congelaba hasta los huesos, en el mediodía de este miércoles encararon un nuevo desafío. Los hierros, el incesante sonido de la amoladora manual, y los destellos de la soldadora, eran el escenario para la construcción de las rejas que colocarán en la vieja terminal. El objetivo es evitar que por las noches el lugar se convierta en un espacio con laberintos peligrosos, es decir recuperar la seguridad en esas instalaciones.
Ellos también fueron los encargados de arreglar instalaciones eléctricas, mejorar pisos, aberturas, mobiliarios, sanitarios, en los distintos espacios que se utilizan para el dictado de clases. Seguramente muchos a estas alturas dirán ¿pero no le pagan para eso? La respuesta es clara, se les paga por su trabajo. Pero la entrega y el compromiso no tienen precio.
La generosidad tampoco lo tiene. Por eso en la palabra “GRACIAS” encontramos la forma de retribuir la donación de la Empresa De Vito S.A. Ellos facilitaron los materiales necesarios para levantar paredes y amurar el cerramiento de la zona de aulas, en la vieja terminal. No hizo falta explicarles a sus directivos por qué era tan importante lograr esta meta. Mucho menos hablarles de la cantidad de alumnos que pasan, a diario, por el lugar para formarse. No hizo falta simplemente porque es una empresa de Pinamar que apuesta por la ciudad.
Cómo no extender el sentimiento de gratitud a los representantes de la Sociedad de Fomento de Ostende y el SUTERYH que, después de un buen tiempo, volvieron a confiar y cedieron sus espacios. Y a las autoridades de las Bibliotecas Manuel Belgrano y de Ostende, al Espacio Santa Coloma, y las Escuelas Nº 4 y 6, que dijeron que sí de inmediato, luego de ser convocadas como sedes.
Decíamos al principio que no se trata sólo de números y decisiones económicas. Se trata de poner diálogo donde había silencios, de trabajar con optimismo en vez de generar excusar para no intentarlo. Ese es el espíritu que la Dirección de Cultura aplica a las escuelas abiertas, un espacio que construimos entre todos. Una historia en la que todos los roles son protagonistas
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