Seguramente la lluvia está arruinando las presentraciones de los distintos partidos que se muestran en la calle, en busca de posibles electores, trayendo agua para su molino.
Dieciseís listas con intenciones de morder algo de la torta pinamarense algunos, otros medianamente coherentes y otros serios y honrados; como en botoica hay de todo.
No cabe otra cosa que ser cauto, observar, escuchar, tener memoria, recordar lo que dijeron en anteriores campañas y cuanto cumplieron.
Hay palabras, promesas que se repiten en todas las campañas: la planta de tratamiento de líquidos cloacales, los residuos sólidos urbanos, vivienda propia, turismo todo el año, frente marítimo, Ostende, seguridad, etc, etc, no llegan nunca.
La lentitud del Legislativo y del Ejecutivo en poner en marcha las soluciones dadas es exasperante. Basta leer las notificaciones que llegan del Concejo de las Comisiones, para darse cuenta que ninguno de los concejales que la integran coinciden con alguna propuesta, sino que inmediatamente le buscan la vuelta, cambiando la situación, sirva o no, tratando de imponer su pensamiento.
Ojo!!! esto sucede en todos los órdenes del país, porque -yo lo llamo egoísmo imprudente- para aprobar un proyecto, antes tiene que haber aprobado o prometer que va a acompañar otro del fulano . Más claro, si vos me aprobás esto, yo te apruebo lo otro que proponés. Dirán "no, esto no sucede"; sí sucede, hay una especie de chantaje lo cual aquel que tiene buenas intenciones si ofrece algo para bien del pueblo, no tiene más remedio para que lo aprueben en algunos casos que levantar la mano a otro proyecto capaz, inservible a todos menos para el que lo presenta.
De a poco hay que sacar de raíz estas costumbres argentinas de canjear -por no decir chantajear- esto por esto y para llevarlo a cabo hay que usar el cerebro, no dejarse engatuzar, ver quien está en la lista. Este es un pueblo chico y generalmente nos conocemos, quien versea, quien miente, quien es un sinvergüenza, no por el hecho de tener una ideología voten a un mono si le ponen como candidato con tal de seguir en la cómoda rutina de elegir lo mismo o no ver más allá de sus narices.
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