El tal mentado sistema que la adjudicación de venta ambulante, se la confieren a personas con dos años o más de residencia en el partido, ya no lo cree ni el loro.
Los trabajadores golondrinas que aterrizan en Pinamar de las distintas provincias norteñas, ya es habitué en todos los veranos y sería prudente e igualitario para los residentes pinamarenses que se controle y se ponga un freno a toda esta gente que llega de afuera sacando el trabajo en muchos casos, a los laburantes locales.
Se nota la falta de controles, el trabajo en turismo para ir diseñando durante el año, como mejorar nuestra costa, principal sustento además de la construcción. Recién se acuerdan cuando ya tienen octubre encima y ahí les agarra el apuro, terminando por hacer cualquier cosa, menos trabajar en orden, organizados y sin perjudicar los intereses económicos de la población.
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