Todo marcha sobre rieles, tranquilidad aparente, campaña con las indirectas y directas entre bandas politicas, debate, no debate, etc, pero se acercan las elecciones.
Y al acercarse, producen un cosquilleo en todos. Algunos porque ¿se sienten ganadores? Otros porque quieren llegar al ballotage y los menos quisieran por lo menos ocupar una banca, caso del Frente de Izquierda.
Entre el que se siente ganador está el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli y esto da para un análisis:
Es sabido públicamente que la mayoría de los encuestadores, obedecen al oficialismo, por lo tanto no es creíble ninguna encuesta que venga de esos medios; miente, miente que algo quedará; inflando más y más la información para que lamentablemente entre en el cerebro de los que viven de planes sociales, familias, gente costumbrista que ¿para qué les alcanza esos pesos? ni para vivir con las necesidades básicas cubiertas, pero a quienes la palabra trabajo no existe en su vocabulario y se conforman con el choripan y el mate. Ahí apuntan los encuestadores martillando sobre lo mismo y también a los no tan indigentes pero que se creerían cuanto le dicen.
Otros como Macri, ve la posibilidad de asumir mediante un ballotage a la presidencia, -si todo se da como hasta hoy-.
Eso si, la gente pensante no debe dejar que lo lleven a donde no quiere llegar.
La minoría como Rodriguez Saá y Stolbizer -buena pero en este país los buenos no van a ningún lado-y los de Izquierda,pugnarán por una banca de diputados.
Resumiendo: La agresividad demostrada, por determinado sector político, como en el caso abajo expresado en Variétés, de la amenaza de muerte a un candidato del pro, resume lo que sería la clase baja argentina, otrora trabajadora, familiar dando estudio a sus hijos, superándose; un giro de trescientos sesenta grados dio la sociedad y para mal. No todo es oro lo que reluce; parecería pero no es.
Lo importante, decidir con coherencia, sin personalismos y con respeto y honestidad; difícil esto último pero no imposible.
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