El ballotage llevado a cabo en el día de ayer, dio como resultado que la población del país eligiera a Mauricio Macri como presidente durante el lapso de cuatro años.
Le espera a partir del 10 de diciembre, un arduo camino bordeado por los perdedores que no escatimarán esfuerzo en poner trabas y piedras para que la gestión de Macri no llegue a buen fin.
Todo está en la fortaleza que ponga en administrar un país, rico pero pobre, desarticulado, lleno de corruptos, narcos, chorros.
Donde los planes, ocupan el lugar del trabajo digno, ¿pero qué trabajo? Si la productividad se la comió
la soja, al campo, las inundaciones; los pocos trabajadores industriales luchan por subsistir.
Las fronteras son un colador donde siguen pasando mano de obra extranjera y barata, además de droga y contrabando de todo tipo.
¡Dios salve a la reina! En este caso ¡Dios salve a Macri! Y no esperen milagros porque en este país nadie es mago y saca de la galera el conejo. Sólo unidos y haciéndose cargo cada uno de lo que le compete, puede que se salga adelante.
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