La Policía Local ya es parte de nuestro ir y venir diario. Las calles de Pinamar, Ostende, Valeria del Mar y Cariló desde hace algún tiempo cuentan con los agentes formados en la proximidad de nuestra propia escuela. Son vecinos, hijos, nietos de pinamarenses. Son parte de nuestra ciudad y nos cuidan con particular atención. Y entre ese devenir, aparecen las buenas historias, todos los días. Emilce Cocciolo, tiene 31 años y cumple sus funciones en el centro de Pinamar. Con naturalidad asiste a los transeúntes que le consultan diversas cosas. Tanto a turistas necesitados de ubicaciones como a los vecinos que le cuentan, inclusive, sus problemas. "Hace algún tiempo estoy en Pinamar y me siento parte, estudié acá y como tengo una nena de 6 años conozco el lugar y así como salgo a pasear con ella también tengo la responsabilidad de cuidar mi ciudad y estoy muy contenta de poder hacerlo. Cuidamos al ciudadanos, le brindamos información, y después de las 6 de la tarde soy una vecina más".
Hace unos días, Emilce fue parte de un acto de amor. Al ver que un señor mayor tenía grandes problemas para bajar del colectivo y desplazarse, ella lo asistió y acompañó hasta su mismísima casa. Ese gesto noble - que Emilce ve como normal - llegó rápidamente al conocimiento del propio intendente de Pinamar, Martín Yeza.
"La educación, los buenos modales, el espíritu de servicio se mantiene. Termino mi servicio y sigo pensando igual porque así soy en todo momento. Por eso no me parece tan raro, es parte de mi trabajo y estoy orgullosa de poder cumplirlo", sostiene Cacciola quien, tímida, agradece el encuentro y reconoce que todos los integrantes de la Policía Local buscan el mismo reconocimiento cumpliendo responsablemente sus funciones.
Hace unos días, Emilce fue parte de un acto de amor. Al ver que un señor mayor tenía grandes problemas para bajar del colectivo y desplazarse, ella lo asistió y acompañó hasta su mismísima casa. Ese gesto noble - que Emilce ve como normal - llegó rápidamente al conocimiento del propio intendente de Pinamar, Martín Yeza.
"La educación, los buenos modales, el espíritu de servicio se mantiene. Termino mi servicio y sigo pensando igual porque así soy en todo momento. Por eso no me parece tan raro, es parte de mi trabajo y estoy orgullosa de poder cumplirlo", sostiene Cacciola quien, tímida, agradece el encuentro y reconoce que todos los integrantes de la Policía Local buscan el mismo reconocimiento cumpliendo responsablemente sus funciones.
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