Me permito adjuntar una carta de lector que denuncia el estado de la calle Nicolás Jorge de Valeria del Mar y solicito su publicación.
Quedando agradecido saludo atte.
La Metamorfosis de la Calle Jorge
Gracias a la eficiente planificación y abnegada administración
por parte del Departamento de Obras Publicas de la Municipalidad de Pinamar, la
calle Nicolás Jorge en Valeria del Mar sufre una paulatina metamorfosis hacia
un “waadi”. Un Waadi se denomina en África
a un río o cauce de agua que solamente en periodos de lluvia lleva agua de
escurrimiento. Luego se seca. Este fenómeno de periocidad hídrica acompaña un
proceso natural de erosión. En el caso de África los “Waadi” constituyen además una fuente, por lo menos
temporal, de recursos hídricos sub-superficiales, cosa que en caso de la calle
Jorge no es precisamente el caso. Aquí constituye un vertedero de detritos.
La calle Jorge se extiende en su parte occidental desde la
calle Espora hasta la calle Azopardo por unos 300 metros. Tanto Espora como
Azopardo son calles asfaltadas, mientras la calle Jorge es de tierra (arena y
arcilla). Dada la general pendiente pronunciada en dirección hacia a calle
Azopardo, tanto de Espora como de Jorge, el drenaje pluvial superficial es en
este sentido. Cuando ocurre una lluvia medianamente fuerte, toda el agua
proveniente de la cuenca, que abarca parte de las adyacencias de las calles
Seaver y Espora (lado sur) desde la rotonda sobre Bathurst, drena a la calle
Jorge con una diferencia altimétrica de unos 7 metros y la convierte en un
canal activo. El fluido que ingresa a Jorge tiene una importante sinergia lo
cual provoca indefectiblemente un proceso agresivo de erosión sobre la arena y
base de arcilla provocando cárcavas crecientes a medida que desemboca sobre
Azopardo. Siendo este punto el más bajo, decanta allí el material arrastrado.
Y como ya sabemos y conocemos la sobresaliente inteligencia
de nuestros funcionarios, siempre se improvisa en las correcciones de los
efectos en vez de evaluar las causas. La absurda costumbre instalada en el
ámbito municipal es retirar periódicamente esta arena y arcilla acumulada sobre
el asfalto de Azopardo. Observando el
entorno, sobre todo los laterales de la calle, puedo exclamar: “se están llevando la calle Jorge”.
Personalmente la conozco desde unos 8 años y veo su progresiva transformación
en un canal. De manera que realicé un cálculo estimativo de que volumen de
retiro anual implica esta tontería. Residentes desde “siempre” la conocen hace más
de 30 años. En los años que yo conozco la calle se han realizados varios
intentos de rellenar las pérdidas acumulados. Aún así el nivel medio de la
huella transitada se redujo en más de 50 cm. Implica un retiro neto de por lo
menos 500 m3 en toda su extensión, o sea unos 80m3 por año. Cada año se
profundiza el “canal” en unos 5-10 cm. Por supuesto como construcción de un
canal aliviador es un costo muy bajo a nivel de administración municipal. El
problema y costo permanente lo tienen que enfrentar los frentistas los que
pagan sus impuestos y mantienen funcionarios superfluos. No soy urbanista pero
quizás conviene hacer saber a los “profesionales” responsables de Obras
Publicas de Pinamar que toda planificación y administración de una urbanización
debería tener como base un esquema de drenaje pluvial incorporado como elemento
referente para un vinculante Código de Ordenamiento Urbano (COU). Lo que
tenemos es un mamarracho y efectivamente no vinculante, por pura desidia.
argutzbahm@hotmail.com
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