Las tomas de decisiones en el Concejo Deliberante de Pinamar son tan light que dan náuseas.
Concejal no es cualquiera que quiera ganarse un sueldo. Deberían capacitar antes a todo aquel que pretenda un cargo, una banca política; además cada uno debería saber cuales son sus límites.
No es broma tratar de gobernar un país, una provincia, un municipio como en el caso de Pinamar, porque ello implica dirigir el destino de una población los haya votado o no.
Hay temas recurrentes que se vienen tratando y nunca llegando a fin como el robo de arena, el Tribunal de Faltas, la Planta Depuradora, aumento en las tarifas, concesión de CALP etc. etc.
¿Cómo se calificaría el hecho que en el Concejo se debate el tema del robo de arena en presencia de un concejal, el cuál su padre estaría vinculado en el delito?
¿Mientras otros municipios su intendente levanta la voz defendiendo a su pueblo del aumento de tarifas, aquí no se hace nada al respecto?
¿Por qué tantas vueltas para designar un Tribunal de Faltas para que todos tengan derecho a defenderse?
¿Si la Planta Depuradora comenzó con una licitación de once millones de pesos (periódico Utopías) y ahora ya llega a cien millones y sin definir su construcción, hasta cuando piensan estirarlo?
¿Si se sabe que CALP no habría cumplido como corresponde con las obras que debería hacer y otras cuestiones, por qué siguen dándole la concesión a expensas del pueblo que tiene que pagar a intermediarios los servicios?
¿No sería actuar con seriedad y solicitarle al concejal indirectamente implicado en el robo de arena, que se tome licencia mientras todo se dirime en el Deliberante?
No puede ser juez y parte; no se hace el papel de pseudo periodista ocupando un cargo adentro del Legislativo; no se debate un tema cuando se sabe que estaría implicado un familiar.
La culpa no la tiene el chancho si no quien le da de comer; Si los concejales lo permiten será...
¿por qué será?
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